La evolución de la civilización siempre ha sido determinada e impulsada por las tecnologías y la manera en que éstas son perfeccionadas o superadas por nuevas innovaciones, que influyen en la manera en que nos organizamos, en que producimos, en que nos comunicamos, en que incidimos en nuestro entorno.
Desde el comienzo de la Revolución Industrial, mucho de este impulso ha estado asociado al consumo de combustibles fósiles y por lo tanto, a las emisiones contaminantes generadas por la extracción, procesamiento, combustión y desecho de estas fuentes.
No fue hasta entrado el siglo XX que, a partir de la evidencia científica, se empezó a establecer un consenso claro de que nuestros patrones de producción y consumo, asociados a esas tecnologías generadoras de emisiones de carbono, se relaciona directamente con una progresiva y creciente modificación de las patrones climáticos globales, que amenaza el bienestar y futuro de nuestra civilización y de los otros seres vivos de nuestro planeta.
A lo largo del siglo XX y XXI, gran parte de las transformaciones tecnológicas y socioeconómicas globales se han debido al ascenso de las tecnologías digitales. En una sociedad crecientemente conectada y dependiente de estas tecnologías, el impacto de la información y la comunicación se magnifica por la inmediatez y enorme capacidad de éstas.
Éstas nos han permitido percatarnos crecientemente del impacto que nuestra civilización y sus acelerados cambios tecnológicos ejercen no solo en cuanto al crecimiento económico que generan, sino también por sus impactos sociales y ambientales, a menudo negativos.
Por eso, somos conscientes, como nunca antes, que es posible seguir innovando y creciendo, al tiempo que abandonamos nuestros patrones insostenibles.
Así, el GBCCR entiende a las herramientas digitales como medios privilegiados para cumplir su misión de convertirse en “referente nacional para la transformación de la sociedad y el mercado hacia la sostenibilidad en la edificación a toda escala”, a través de la difusión de conocimiento e información sobre la edificación y las ciudades sostenibles, a una audiencia cada vez mayor.
Al mismo tiempo, entiende que debe buscar medios para minimizar el impacto que las fuentes de energía de esas plataformas digitales requieren para funcionar.
La industria de internet consume enormes cantidades de energía, pues su columna vertebral son los centros de datos, que contienen millones de grandes servidores, los cuales son apilados en racks y que permanecen encendidos, consumiendo permanentemente grandes cantidades de energía, todos los días del año.
Gran parte del consumo de estos centros de datos se debe a que se les administra continuamente aire a temperaturas gélidas, para evitar que se sobrecalienten, al punto que un 40% del consumo energético mundial necesario para que Internet funcione se debe a esto exclusivamente.
Ahora bien, la fuente de la mayor parte de la energía a nivel mundial sigue siendo a partir de fuentes no renovables, asociadas a grandes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Esto es puesto en perspectiva por el hecho de que, en el 2012, había 500.000 centros de datos en todo el mundo, mientras que en el 2019 ya había 8 millones, un incremento de 16 veces, llevando a que el internet sea la industria emisora de carbono de más rápido crecimiento, pues ya representa el 2% de las emisiones de carbono a nivel mundial, un porcentaje similar al de la industria de la aviación. Continuando esa tendencia, se espera que represente el 14% de las emisiones de carbono hacia el 2040.
Por ello, el Green Building Council Costa Rica ha buscado un proveedor apropiado para el alojamiento de su nueva y renovada página web y lo ha encontrado en GreenGeeks, empresa fundada en 2008 y que fue reconocida en el 2009 por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) como un Green Power Partner.
Green Geeks trabaja con la Bonneville Environmental Foundation (BEF), de Portland, Oregón, Estados Unidos, como su socio Green-e. Así, GreenGeeks le indica a BEF con cuántos servidores, personal y otros cuentan en un momento determinado y BEF calcula el consumo energético anual y la huella de carbono asociados. Una vez cuantificados estos datos, BEF adquiere certificados de energías renovables (RECs) de 3 veces ese valor y esa energía renovable es incorporada en la red eléctrica.
Además, GreenGeeks trabaja con la organización One Tree Planted, para que se plante un árbol por cada cuenta nueva que elige alojarse en sus servidores.
Así, el Green Building Council participa de la revolución digital y lleva la implementación de nuestro mensaje de la sostenibilidad más allá de nuestras fronteras, al tiempo que cumple sus objetivos fundamentales de brindar un impacto positivo para las personas y nuestro planeta.
Este es nuestro compromiso con el medio ambiente
Nuestro proveedor de hosting ha sido reconocido por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos desde 2009 como Green Power Partner .
Trabaja con la Bonneville Environmental Foundation (BEF) en Portland, Oregon. «BEF» es un socio de Green-e.
Le dicen a BEF cuántos servidores, personal, etc. tienen y ellos calculan su consumo energético anual y huella de carbono. Luego, hacen que BEF compre REC 3 veces más de lo que han consumido, y devuelven esa energía a la red.
Para promover nuestro compromiso con el medio ambiente, se trabaja con One Tree Planted para plantar árboles en todo el mundo. Por cada cuenta de hosting que proporcionan en su plataforma, plantan un árbol.